Esta es la historia de una niña. Pero... no es una niña cualquiera, es una criatura a la que en la escuela no le permitieron ser persona, y aún así, sobrevivió...
Nadie se preocupó por sus sentimientos, jamás... ni siquiera aquel día frio de diciembre en el que falleció su abuelo, su querido abuelo, y su mente no respondió como solía hacerlo. Los ejercicios (tradicionales y monótonos) no le salieron bien y, por supuesto, el maestro la castigó. No se molestó en preguntarle si le sucedía alguna cosa ¿para qué? Tan sólo era una niña.
Cuando no entendía los problemas de matemáticas le decían que los leyera de nuevo... todavía recuerda... "un tren sale a una hora determinada de Zaragoza... otro de Madrid... ¿dónde se encontrarán?" Ella se preguntaba una y otra vez... ¿dónde estará Madrid? ¿Y Zaragoza? Claro... tenía 8 años y nunca nadie se había molestado en enseñárselo... Ella, por miedo a que el maestro se riera de ella por su supuesta incultura, prefería callar...
Esa niña, hoy ya es una mujer... ahora no permite que nadie la infravalore, no se deja intimidar por maestros inseguros, lucha por entender lo incomprensible, intenta empatizar con aquellos que no piensan como ella y respetarlos, así como no odiar a aquellos que no le permitieron ser persona, por no haber crecido aún, a aquellos que abusaban de su poder o aquellos que se permitían el lujo de ridicular a los alumnos, sólo porque estaban aprendiendo...
Hoy sabe que ese mundo está desapareciendo. En las aulas, los maestros han de saber que trabajamos con personas, con seres humanos, que sienten, padecen, se emocionan ... aunque muchos no lo crean.
Cuando un maestro, hace poco, trabajaba un proyecto relacionado con la astronomia, un alumno le preguntó: "¿Cuándo el sol se pone... a dónde va?" El maestro, permitió a sus compañeros contestar esta pregunta y, de esta manera, saber cómo veían ellos el mundo. En aquella clase se pudieron oir respuestas del siguiente tipo: "El sol se ha ido a otro planeta" - "No se esconde de verdad, va dando vueltas a la tierra" - "No es el sol que da vueltas, es la tierra" - "Quizá la tierra da vueltas, pero el sol es más rápido y quizá está en la Índia" - "Si el sol corriera tanto, lo veríamos correr por fuera"...
Muchos maestros verán estas respuestas ridículas... pero ¿saben qué? Son respuestas inteligentes, coherentes, lógicas... Estas criaturas de 6 años están pensando, razonando y entre ellos, poco a poco, van construyendo el conocimiento. El maestro no les ha dado la respuesta a su pregunta, los alumnos no están acostumbrados a que éste sea un Dios de la cultura, sinó que, para ellos, los maestros son aquellos adultos que les ayudan a hacerse preguntas cada día, aquellos que les permiten expresarse en voz alta, les permiten comunicarse (saben que la comunicación es la base del conocimiento), no se rien de ellos, ni les ridiculizan en ningún momento, y los ayudan, diáriamente, a ser, cada día, mejor personas...
"En el aula, considerada como comunidad que desea, aprende y comprendre, es el espacio donde surgen diferentes voces, diferentes miradas, donde se crean contextos y se crean significados, donde se comparten y se contienen las emociones"...
Aquella niña, que hoy ya es mujer, hoy sonrie... ¿por qué? porqué sabe que otro mundo educativo es posible, porque hay muchos maestros preocupados por los más pequeños y porqué ante todo les tratarán como personas con derechos y deberes, y ya nadie, jamás, olvidará sus derechos como seres humanos.
Hace años me dedicaron esta canción... para entonces yo era demasiado pequeña... Hoy, la hago mía y me alegro de que fuera un vaticinio de mi futuro :D
Un besote